La historia de Irene Meca es la de una denodada búsqueda por conocer su identidad de origen felizmente concluida gracias al ADN. Irene evoca en esta primera conversación, de una serie de tres entrevistas consecutivas en Diario de Ausencias , el punto de partida de su larga travesía al conocer abruptamente a los 15 años que era una niña adoptada.