Los partos prematuros que requerían incubadoras motivaron traslados entre hospitales que, en ocasiones, sirvieron de tapadera para la sustracción de bebés. Pudo ser el caso de Pilar Navarro Rico, ingresada en el Hospital Nuestra Señora del Rosario, Madrid, el 30 de mayo de 1973 por un parto prematuro que conllevó el traslado de la niña a las incubadoras del Hospital de la Cruz Roja.